Los invitamos a visitar tambien nuestra plataforma web de OPORTUNIDADES: http://www.gestionandoportunidades.com , en ella encontrara acceso a empleo, educación/capacitación, empredimiento/innovación, vivienda, salud, entre otras opciones. Puedes hacerlo ingresando a enlace "GESTIONANDO OPORTUNIDADES" (botón superior en este sitio)

Colombia rural: razones para la esperanza. Tierra y desarrollo rural, el renacer de la esperanza. Absalón Machado

Colombia rural: modernización con orden social injusto y fracaso del modelo de desarrollo. 
Absalón Machado. Director académico. 
Texto completo de la investigacion en pdf

Colombia entró a la modernización sin haber resuelto el problema agrario, porque siempre pensó que el país era más urbano que rural. Construyó un modelo de desarrollo que conlleva al fracaso del mundo rural, rindiéndole más culto al mercado que al Estado, lo cual amplió las brechas entre lo urbano y lo rural. Y preservó su orden social injusto, que no ha cambiado por falta de decisiones políticas y de una visión de largo alcance sobre lo rural y su papel estratégico para el desarrollo. La preservación del orden social rural, con todas sus inequidades y ataduras al desarrollo, se fundamenta en: (a) una estructura de la tenencia de la tierra convertida en un inamovible para la política pública, (b) una jerarquización social que coarta la movilidad de las personas en la estructura de la sociedad, y (c) una hegemonía política tradicional que restringe las elecciones libres, limpias y competitivas y que no hace un reconocimiento político del campesinado. 


El modelo de desarrollo rural construido es altamente inequitativo y excluyente, propicia innumerables conflictos rurales, no reconoce las diferencias entre los actores sociales, y conduce a un uso inadecuado y a
la destrucción de los recursos naturales. Acentúa la vulnerabilidad de los municipios más rurales en relación con los más urbanos, y no permite que se genere la convergencia entre lo rural y lo urbano. Además, se ha fundamentado en una precaria y deteriorada institucionalidad pública que le abre más espacios a la actuación de las fuerzas del mercado en una sociedad llena de desequilibrios e inequidades. La ocupación productiva del territorio y los procesos de poblamiento indican serias ineficiencias sociales, productivas e institucionales. 


La falta de un ordenamiento del territorio ha facilitado la persistencia de conflictos en el uso de los recursos y entre los diferentes actores, tanto de quienes invierten para reproducir el capital, como de los que tienen las actividades agropecuarias como un modo de vida, y las comunidades que conciben el territorio más allá de su utilización económica. El Estado poco se ha hecho presente para ordenar el uso del territorio, regular los asentamientos humanos y emprender programas de desarrollo rural que ayuden a estabilizar las sociedades campesinas que por la lógica de su sobrevivencia, se adentran sin límites ni control, más allá de la frontera agropecuaria.


Ni el mercado ni el Estado han logrado un satisfactorio desempeño sectorial. A ello contribuyeron las políticas públicas discriminatorias y sin compromisos por parte de los inversionistas, las restricciones estructurales en infraestructura productiva y social, el suministro de bienes públicos, el descuido imperdonable del papel de la ciencia y la tecnología, y el desprecio por la capacidad productiva y social del
campesinado. Todos estos procesos confluyeron con la expansión y degradación del conflicto armado y el arraigo del narcotráfico con todas sus cadenas de criminalidad y corrupción, cuyo diagnóstico y recomendaciones fueron hechos en el Informe Nacional de Desarrollo Humano de 2003, El conflicto, callejón con salida.

El resultado es una crisis estructural recurrente que se atraviesa en el desarrollo humano, especialmente de las mujeres rurales, el campesinado, los pueblos indígenas y las comunidades afrocolombianas. Si alguna diferencia existe entre nuestro desarrollo y el de otros países de América Latina es la persistencia de un orden social injusto sobre todo en el sector rural, por falta de voluntad política, disfrazada o confundida con las estrategias legítimas del Estado para contener las consecuencias del desorden creado, pero desatendida cuando se trata de romper muchas causas estructurales del problema. 

La intervención en política de los grupos armados por fuera de la ley, la persistencia de ciertas élites políticas en los gobiernos locales, el desconocimiento del campesinado como actor político, su despojo y desplazamiento forzado, y políticas agrarias sin interés en modificar la estructura de la tenencia de la tierra, han conducido a la conservación de un orden social rural resistente al cambio. La solución de la deuda social y política con el mundo rural de Colombia, al cual se le ha dado la espalda por décadas, necesita de más Estado en el mercado y menos mercado en el Estado. Esta máxima adquiere toda su proyección en el sector rural, donde la precariedad institucional es notoria. La intervención decisiva del Estado requiere una visión sobre el futuro y la importancia de lo rural y sus articulaciones y complementariedades con lo urbano. La solución de los problemas que este Informe considera críticos será muy costosa y demandará mucho tiempo si se dejan en manos del mercado problemas estructurales que urgen decisiones oportunas, eficaces, imparciales, equitativas y justas.

La reforma rural transformadora:

Este Informe propone una reforma rural transformadora, acompañada de una red social y académica de reflexión, conocimiento y acción sobre desarrollo rural, en el que el ordenamiento territorial es un instrumento de la transformación buscada. Esta reforma rural transformadora va más allá de una reforma agraria y considera cambios en la estructura de la tenencia de la tierra. Esta propuesta concibe el desarrollo rural en función del territorio, centra la atención en los pobladores más excluidos y vulnerados y exige cambios en el modelo económico. Es categórica en rescatar el liderazgo sustantivo del Estado y en advertir que no es posible si no se erradican de raíz factores estructurales como la concentración de la propiedad rural, la pobreza y la miseria, y un orden social y político injusto y excluyente. Este diagnóstico podrá mejorarse con análisis más locales y regionales, y el tiempo dirá hasta dónde avanza la voluntad política de cambiar la situación existente, y sobre la capacidad y disposición de las élites rurales y las organizaciones sociales en aras de contribuir a transformar una situación claramente adversa e insostenible, así como responder a los desafíos impuestos por este momento histórico.

Primero estaba el mar. Todo estaba oscuro. No había sol, ni luna, ni gente, ni animales, ni plantas. Sólo el mar estaba en todas partes. El mar era la Madre. Ella era agua y agua por todas partes y ella era río, laguna, quebrada y mar y así ella estaba en todas partes. Así, primero, sólo estaba la Madre. Se llamaba Gaulchovang. La Madre no era gente, ni nada, ni cosa alguna. Ella era Aluna [pensamiento o idea]. Ella era espíritu de lo que iba a venir y ella era pensamiento y memoria. Así la Madre existió sólo en aluna en el mundo más bajo, en la profundidad, sola.

Entonces cuando existió así la Madre, se formaron arriba las tierras, los mundos, hasta donde está hoy nuestro mundo. Eran nueve mundos y se formaron así: primero estaba la Madre y el agua y la noche. No había amanecido aún. La Madre se llamaba entonces Se-ne-nuláng. También existía un Padre que se llamaba Kata Ke-ne-ne-Nuláng. Ellos tenían un hijo que llamaban Bunkua-sé. Pero ellos no eran gente, ni nada, ni cosa alguna. Ellos eran aluna. Eran espíritu y pensamiento. Eso fue el primer mundo, el primer puesto y el primer instante. Entonces se formó otro mundo más arriba, el segundo mundo. Entonces existía un Padre que era un tigre. Pero no era tigre como animal, sino era tigre en aluna. Entonces se formó otro mundo más arriba, el tercer mundo. Ya empezó a haber gente. Pero no tenían huesos ni fuerza. Eran como gusanos y lombrices Nacieron de la Madre.

Entonces se formó el cuarto mundo. Su Madre se llamaba Sáyaganeya-yumáng y había otra Madre que se llamaba Disi-se-yuntaná y un Padre que se llamaba Sai-taná. Este Padre fue el primero que sabía ya cómo iba a ser la gente de nuestro mundo y fue el primero que sabía que iba a tener cuerpo, piernas, brazos y cabezas . Entonces se formó otro mundo y en este mundo estaba la Madre Enkuane-nenuláng. Entonces no había cosas todavía, pero ahora se formó la primera casa, no con palos ni bejuco ni paja, sino en aluna, en el espíritu, no más. Entonces ya existían Kashindúkua, Noana-se y Nánacu. 

Entonces ya había gente, pero aún les faltaban las orejas, los ojos y las narices. Sólo tenían pies. Entonces la Madre mandó que hablaran. Fue la primera vez que la gente habló, pero como no tenían lenguaje todavía, iban y decían: sai-sai-sai (“noche-noche-noche”), ya había cinco mundos. Entonces se formó el sexto mundo. Su Madre era Bunkuáne-ne-nuláng; su Padre era Sai chaká. Ellos ya iban formando un cuerpo entero con brazos, pies y cabeza. Entonces empezaron a nacer los Dueños del Mundo. Eran primero dos: el Bunkua-se azul y el Bunkua-se negro. Se dividió el mundo en dos partes, en dos lados: el Azul y el Negro, y en cada uno había nueve Bankua-se. 

Los del Lado Izquierdo eran todos Azules y los del Lado Derecho eran todos Negros. Entonces se formó el séptimo mundo y su Madre era Ahunyika. Entonces el cuerpo aún no tenía sangre pero ahora comenzaba a formarse sangre. Entonces se formó el octavo mundo y su Madre se llamaba Kenyajé. Su Padre era Ahuína-Katana. Pero cuando se formó este mundo, lo que iba a vivir luego, no estaba aún completo. Pero ya casi. Entonces había aún agua en todas partes. Aún no había amanecido. Entonces se formó el noveno mundo. Pero no había tierra aún. Aún no había amanecido.  Comunidad kogui

Absalón Machado Cartagena
Director Académico del Informe
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo - PNUD-2011.
Informe Nacional de Desarrollo Humano. 

FUENTE: pnud. 2011. Colombia rural. Razones para la esperanza. Informe Nacional de Desarrollo Humano 2011. Bogotá: indh pnud, septiembre.

DESCARGAR Colombia rural. Razones para la esperanza-2011


No hay comentarios:

Publicar un comentario