EL CAMPO Y LA CIUDAD (PDF)
AUTOR: RAYMOND WILLIAMS
Raymond Williams (1921-1988) nació en Pandy, pueblo galés fronterizo con Inglaterra, hijo de un señalero de ferrocarril y cuyos abuelos pertenecían al medio rural. Recibió educación local y luego estudió en Cambridge. Este desplazamiento del campo y la cultura obrera a la ciudad provocaría en él un impulso autobiográfico desde el choque entre culturas como lo plantea Sarlo (2001: 12), en su obra que fue traducida y criticada en donde la teoría cultural y de ficción dialoga con la reflexión teórica. El autor fue uno de los iniciadores de los estudios culturales británicos. Como crítico cultural creó un método denominado “materialista cultural” y algunas nociones como “culturas dominantes, emergentes y residuales” y “estructuras de sentimiento” centrales en los estudios socioculturales propios y de las nuevas generaciones para comprender la cultura como proceso y como forma de vida.
En esta obra Williams (1973) analiza los ámbitos culturales de la ciudad y el campo en la Inglaterra moderna, a lo que Sarlo (2001:12) agrega que
"el atractivo de este libro no está en su teoría económica, sino en el procesamiento cultural de sus datos: en la producción de una escenografía y una iconografía del campo y la ciudad, ya no como categorías sociológicas sino como espacios culturales". En donde aparecen integradas las experiencias del autor, de sus nostalgias con respecto al campo donde nació y de las contradicciones a las que se enfrentó al irse a estudiar a la ciudad. Esta obra estudia el mito de un pasado mejor en la literatura inglesa (XVI y el XX), comenzando con el orden feudal, pasando por el orden capitalista, hasta su época.Analiza las cambiantes ideas sobre el campo y la ciudad, pero también sus relaciones, en la literatura y la historia inglesas, su obra supone una crítica de algunas concepciones culturales previas y contemporáneas. Afirma que las dimensiones económica y cultural son elementos indisolubles de un mismo proceso social-material que no autoriza ninguna prioridad analítica ni óntica (Sarlo, 2001). Su propósito se explica cuando indica las variadas experiencias del campo y la ciudad como dos estilos de vida fundamentalmente distintos y a través de estas diferencias “persisten ciertas asociaciones; y el propósito de este libro es describirlas, analizarlas y observarlas en relación con las variadas experiencias históricas” (Williams, 2001: 26). A su vez, la vinculación del problema con su experiencia personal es asumida cuando expresa que “aun antes de leer cualquier descripción o interpretación de los cambios y variaciones sufridos por los asentamientos y los estilos de vida, yo los viví en el lugar mismo y en toda su actividad con una claridad inolvidable” (Williams, 2001: 27).
Muestra también al campo y la ciudad como dos estilos de vida contrastados desde la época clásica, como espacios culturales relacionados “las relaciones no son sólo de ideas y experiencias, sino también de renta e intereses, de situación y poder: un sistema más amplio” (Williams, 2001: 32). Además retoma el análisis sobre la relación entre lo rural y lo urbano para afirmar que “cuando leemos las comparaciones abstractas de la virtud rural y la codicia urbana, no deberíamos caer en la tentación de olvidar los vínculos regulares, necesarios y funcionales que existen entre los órdenes sociales y morales cuyo contraste se marcaba tan fácil y convencionalmente” (Williams, 2001: 77).
Se apoya más en la tradicional manera de entender la cultura como el trabajo imaginativo o como “la cultura obrera o burguesa entendidas como una forma de vestir, consumir determinados productos, leer determinados materiales o frecuentar determinados espectáculos, que la producción industrial tiende a equiparar cada vez más” (Williams, 2001: 325). En donde la diferencia de clases por las formas de consumo, la manera de hablar o incluso recrearse esta en "la distinción crucial entre ideas relativas sobre la naturaleza de las relaciones sociales" (Williams, 2001: 325).
Williams interpreta la relación entre el campo y la ciudad indicando que “el capitalismo, como modo de producción, es el proceso básico de la mayor parte de lo que conocemos como la historia del campo y la ciudad. Sus impulsos económicos abstractos, sus prioridades fundamentales en lo que respecta a las relaciones sociales, sus criterios de crecimiento, de ganancia y de pérdida han modificado durante varios siglos nuestro campo y han creado los tipos de ciudades que tenemos hoy. En sus formas finales, como imperialismo, ha terminado por alterar todo nuestro mundo” (Williams, 2001: 371). Reafirma su idea acerca del impacto del capitalismo en la conformación de lo rural y urbano al sostener que la división y oposición de campo y ciudad son la culminación crítica, es decir, implican una crisis generalizada de la división y especialización del trabajo, que aunque no comenzaron con el capitalismo, bajo su influencia llegaron a desarrollarse hasta un grado transformador.
Bajo la influencia teórica de Williams se sostiene que las relaciones entre campo y ciudad (rural-urbano) bajo las condiciones de capitalismo, se muestran diversas y cambiantes. Remitiéndolas entonces a numerosas situaciones con implicaciones materiales y simbólicas y sujetas a cambio. Ahora con su noción de “estructura del sentir”, se permite pensar la emergencia de lo nuevo, para analizar las relaciones entre el campo y la ciudad, el paisaje es un punto de vista, antes que una construcción estética. El campo nunca es paisaje antes de la llegada de un observador ocioso que puede permitirse una distancia en relación con la naturaleza. El paisaje, entonces, antes que construcción material es distancia social. El paisaje como distancia social que puede permitirse un observador ocioso es esa problemática de la tierra, destrucción de la tradición agrícola y alienación de los campesinos. La destrucción del paisaje en el campo es la antesala de la destrucción del paisaje en la ciudad. Así lo que sucede hoy en la ciudad, paso antes en el campo.
Bajo la influencia teórica de Williams se sostiene que las relaciones entre campo y ciudad (rural-urbano) bajo las condiciones de capitalismo, se muestran diversas y cambiantes. Remitiéndolas entonces a numerosas situaciones con implicaciones materiales y simbólicas y sujetas a cambio. Ahora con su noción de “estructura del sentir”, se permite pensar la emergencia de lo nuevo, para analizar las relaciones entre el campo y la ciudad, el paisaje es un punto de vista, antes que una construcción estética. El campo nunca es paisaje antes de la llegada de un observador ocioso que puede permitirse una distancia en relación con la naturaleza. El paisaje, entonces, antes que construcción material es distancia social. El paisaje como distancia social que puede permitirse un observador ocioso es esa problemática de la tierra, destrucción de la tradición agrícola y alienación de los campesinos. La destrucción del paisaje en el campo es la antesala de la destrucción del paisaje en la ciudad. Así lo que sucede hoy en la ciudad, paso antes en el campo.
Para finalizar la diferencia entre campo y ciudad se pueden analizar desde lo cultural, político, religioso y económico entre otros. Williams (2001) afirma que desde los inicios de la modernidad las representaciones pictóricas, fotográficas o cinematográficas que desde la ciudad se ha hecho del campo, son un exponente del intento de control político, económico e ideológico del espacio rural y de sus habitantes por parte de la clase que domina lo urbano. Así las representaciones del medio rural casi nunca han sido realizadas por campesinos cuya producción artística no se ha tendió en cuenta. El concepto estético y cultural de “paisaje” para analizar cómo el ámbito urbano ha querido mostrarlo más allá de su significado como representación estética del entorno, sirve como punto de partida para analizar los diferentes grados de esta dominación ideológica de todos los tiempos.
Por: Alexi Enrique Rodriguez Pabuena
Por: Alexi Enrique Rodriguez Pabuena
BIBLIOGRAFIA:
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