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Podemos eliminar la pobreza, pero…


Guatemala City


La pobreza es la forma más eficaz de asfixiar el potencial humano. En general, el concepto de pobreza está asociado a la idea de privación. ¿Cuáles son las privaciones relevantes? Bajo la perspectiva de capacidad y desarrollo humano, la pobreza implica limitaciones en la capacidad para definir, elegir, construir y disfrutar vidas valiosas


Esta capacidad se ve restringida por múltiples causas sociales, políticas, culturales y ambientales, es decir, multidimensionales. Además de ser multidimensional, la pobreza causa impactos diferenciados a personas con distintas identidades y condiciones.

La capacidad humana puede verse restringida desde el nivel fisiológico, en cuyo caso se habla de pobreza extrema, cuando no se cuenta con nutrientes necesarios para sobrellevar el día, o bien cuando no se cuenta con servicios de salud que garanticen no morir de enfermedades curables o prevenibles o por habitar en viviendas altamente vulnerables a fenómenos climáticos o telúricos. Pero no basta superar estas barreras. Superar la pobreza requiere contar con conocimientos y destrezas que permitan interpretar y utilizar contenidos culturales y tecnológicos, así como establecer relaciones económicas, sociales y políticas que permitan sentirse parte de la sociedad. Y todo esto pasa por contar con educación de calidad y participar creativamente de procesos productivos, reproductivos y cognoscitivos. En Guatemala, la tercera parte de los jóvenes de 15 años ya abandonaron la escuela y se incorporaron a trabajos precarios.

La pobreza afecta de distinta forma a las mujeres y a los pueblos indígenas. La destrucción de espacios vitales de poblaciones indígenas o rurales y el deterioro del ambiente producido por explotaciones económicas generan restricciones importantes al desarrollo humano y, por lo tanto, pobreza. La asignación de roles determinados, especialmente a las mujeres, plantea también límites al potencial de las vidas que pueden elegir. En Guatemala, casi el 10 % de las menores de edad son madres y la tercera parte ha abandonado sus estudios para dedicarse a tareas del hogar.

Las personas más desfavorecidas no tienen acceso a los ascensores sociales, y las desigualdades económicas y políticas, además de su componente de clase, expresan formas estructurales de inequidad como el racismo y el machismo. La pobreza también implica privaciones políticas. Si bien toda la población tiene la opción de votar, la influencia y el poder en los espacios de deliberación son de acceso restringido, tanto por las asimetrías de información como por la enorme influencia de los sectores poderosos en las decisiones políticas.

La agenda global suscrita en el año 2000 por más de 180 países marcó una oportunidad histórica para concretar esfuerzos históricos orientados al logro de algunos objetivos básicos como reducir la pobreza y el hambre, promover la equidad entre los sexos, mejorar los alcances de la educación y la salud y lograr un marco para la cooperación pacífica hacia el desarrollo, todo ello con metas a alcanzar en su mayoría en 2015 y definidas en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

El primero de los ocho ODM planteaba la reducción de la pobreza extrema y el hambre. Dadas las dificultades técnicas para el abordaje multidimensional, se definieron las metas de pobreza en términos monetarios. El planeta en su conjunto y la mayoría de regiones alcanzaron la meta propuesta, incluyendo América Latina. Lo más probable era que Guatemala no alcanzaría la meta, aunque tampoco se alcanzó el objetivo de mejorar las estadísticas periódicas para la medición del desarrollo y no se contará con cifra para 2015. Distintas mediciones, monetarias y multidimensionales, muestran que en el país más de la mitad de la población vive en condiciones de pobreza y que cerca de la quinta parte subsiste en pobreza extrema.

En 2015 se suscribirá una nueva agenda con mayor alcance. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcarán la nueva agenda global con una visión más amplia que implica una mayor comprensión de los desafíos del desarrollo, principalmente en cuanto a la sostenibilidad de los logros y a la diversidad de formas de alcanzarlos.
El primero de 17 objetivos plantea «poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo» en 2030. Se propone erradicar la pobreza extrema de ingresos (medida por 1.25 dólares), reducir a la mitad la pobreza multidimensional, universalizar la protección social, garantizar derechos económicos y fomentar la resiliencia de las personas vulnerables.
En resumen, reducir la pobreza significa eliminar las barreras que impiden que las personas florezcan. No basta con inversión y rentabilidad. Guatemala requiere reconocer su multidimensionalidad y la diversidad de sus expresiones. Y esto solamente es posible en el marco de una estrategia de desarrollo de país, orientada al ser humano y en el contexto de un planeta compartido, complejo y potencialmente vulnerable. Los ODS 2030 ofrecen una valiosa oportunidad para potenciar los esfuerzos encaminados a lograr una mejor Guatemala.

FUENTE:
http://www.revistahumanum.org/blog/podemos-eliminar-la-pobreza-pero-2/

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