“nuestros sabios no están en Europa, con los grandes pensadores políticos que hemos leído en la historia, sino que están acá, en las selvas, en los ríos, están pescando para sobrevivir y a ellos es que debemos escuchar para lograr lo que soñamos: la utopía”.
Orlando Fals Borda
Por: Alexi E Rodriguez P
El Meta, departamento cuya población territorial presenta promedios altos de ubicación en las zonas urbanas (74%) y bajo en las zonas rurales (24%). Su ritmo de crecimiento poblacional (36%) estuvo por encima del promedio nacional (19%) en la década de los ochenta, ritmo que ha venido decreciendo en las dos últimas décadas (PNUD, 2012), debido entre otra razones al aumento de la expulsión de sus habitantes.
El modelo productivo rural en el Meta está basado en el uso intensivo del suelo, destacándose en la actualidad monocultivos como maíz, caña, palma y caucho, con una producción en aumento de petróleo y gas; esto ligado a la producción de cultivos ilícitos (PNUD, 2012). La tenencia de la tierra se ha visto afectada por el cambio en las dinámicas económicas y por hechos relacionados con el conflicto armado, generando una mayor concentración de la propiedad en manos del narcotráfico, el paramilitarismo y grande empresarios en la producción de monocultivos como el caucho (Mavalle), caña (Boienergy), maíz, soya y cárnicos (Grupo Aliar-La Fazenda), maíz y soya (Grupo Mónica), palma (Inversiones Manuelita), soya y arroz (Ingenio Sicarare) y siembra de bosques (Grupo Proyectos Forestales). Lo que ha generado desplazamiento y empobrecimiento del campesinado y por ende una notoria reducción en la agricultura campesina.
En este ejercicio de investigación cualitativa (historia de vida), adelantado en el corregimiento de Remolino, municipio de Puerto López en el departamento del Meta, más que considerar los resultados lo que se tiende es a problematizar el rumbo a seguir para excavar y explorar en lo más profundo del Llano. Intentando establecer con el interlocutor un grado de confianza, empatía, basada en un proceso de interacción que requiere reconocer que investigador e investigado están relacionados y por lo tanto se debe tomar posición de igual nivel.
La finalidad de esta interacción nos da como resultado un acercamiento a la historia de vida que ahora tenemos. El cómo utilizar y presentar este material aun sin urdir es fundamental para la reflexión sociológica ya que del texto emergen áreas problemáticas que se mueven con rapidez, donde esos momentos de crisis se vuelven reveladores de los rasgos sociales más significativos de los hechos que se narran.
La presentamos como una descripción de acontecimientos y experiencias de viva voz de parte del interlocutor: “Carrao” (nombre ficticio para proteger la identidad del protagonista), de su vida o alguna parte de ella, de sus progresiones, regresiones y significados precisos, en la cual entramos en juego: la habitamos, para compaginar y reunir el relato, de tal manera que deje al descubierto sus sentimientos, sus perspectivas y su modo de ver la vida. En este ejercicio de investigación que les presentamos a continuación intentamos codificar y separa los relatos de las experiencias de acuerdo con cada etapa y periodo crítico que den forma a las perspectivas del protagonista, con la finalidad de producir un documento coherente.
“Carrao: yo no tuve niñez”
Vea yo no tuve niñez como la tienes mis hijos ahora… eso de montar bicicleta, jugar fútbol y jugar con carros... la niñez mía fue dura, solo trabajo... todo mi tiempo fue así: trabajando. Ganaba un jornal de $5.000 o $6.000 pesos, figúrese usted que el primer jornal mío que fueron $6.000 de una semana... me vine pal puerto y compre toldillo, hamaca, cobija y de paso me compre un reloj y me quedó plata… ahora si devolvemos el tiempo $6.000 serían como $60.000. Pero ahorita está muy desvalorizado. Eso fue como en el 1987, 1988 más o menos.
Yo nací en el 74, cuando comencé a trabajar me ocupaban para cuidar arroceras y macoquiar... o lo que llaman cortar la maleza que produce el arroz... de ahí ya mirando plata yo me desterré, me fui pa abajo para esas tierras a trabajar, por allí aprendí a montar a caballo, a amansar, a ordeñar y a trabajar con ganado bravo !lo que llaman bravo! … ahorita me da miedo hasta de la carne en el plato (risas). La actividad de trabajar con ganado eso era impresionante, usted no manejaba cualquier 20 o 30 vacas sino que eran 300, 500, 700 y hasta 1000… y uno en el caballo, enlace, marque, vacune, inyecte y cure. Ya hoy en día después que fui práctico para coger una bestia y amansarla y ponerla trochera me da miedo montarlas... Como le decía yo en toda mi juventud no tuve juguetes, solo trabajo, el deporte mío el que más me gustaba era el minitejo.
Vea esto del ganado por acá, ya no se ve tanto… eso se acabó, ahora esas tierras están sembradas de cañaduzales y caucho, esa gente acabo con el ganado, ya usted no ve sino matas de caña y caucho a la orilla de la carretera que entra a Remolino. De aquí del pueblo trabaja mucha gente en Mavalle la cauchera, ellos entran madrugados a trabajar hasta después del mediodía, les pagan el mínimo, los llevan y los traen en bus todos los días… dicen los trabajadores que tienen más de 3.000 hectáreas sembradas. De la empresa que siembra la caña que usted ve a orilla de carretera, solo se que se llama algo así como Bionergy, pero los trabajadores ahora están en paro, al parecer la empresa como que no le cumple a la gente, con solo decirle que se han apoderado de mucha tierra…. dicen que tienen más de 30.000 hectáreas sembradas con caña y que trabaja mucha gente de estos lados….más de 500. Ahí se da cuenta usted… sembraron toda la tierra en caña, caucho y se llevaron a trabajar a mucha gente que antes sembraba y cuidaba ganado.
“Esa plaga nos dejó sin casa”
Yo fui corrido de acá cuando la violencia, eso fue más o menos en 2003, cuando hubo la violencia, aquí mataban y tocaba trabajar para los paramilitares, a esa gente no les gustaba esto de la pesca, si usted trabajaba en esto tenía que darle un porcentaje, lo cogían a uno como “vaca e leche” y el que no obedeciera lo echaban de ahí pa bajo. Yo tenía casa allí, tenía plataneras y ahí dejé todo botado, gallinas, perros... pues si no salgo de aquí esa gente me hubiera matado. Salí pa Bogotá donde hice la declaración, donde los primeros días me ayudaron con arriendo, con mercado y todo eso... eso es lo que me tiene fregao. Hablándolo en plata blanca yo no tengo estudió, sólo hasta segundo de primaria, como yo no sé nada de eso, estuve 4 años sin recibir nada de ayuda. Con la llegada de la plaga esa perdimos la casa !me la quemaron!, también los papeles y me dejaron sin nada. Esto por acá ahora está calmao, la única parte que esta calmada es acá… digamos no más en Gaitán hay gente de esa.
“La vida allá es más dura”
Después de perder todas las cosas me fui para Bogotá, donde me conocí con mi señora, ella tenía como 15 años y yo tenía como 19 años... yo pensaba entre mí !ah! yo mi señora me la consigo cuando tenga unos 30 ó 40 años... la vida por allá es más diferente, es más preocupante, es más dura... más dura en la ciudad, por qué? porque usted tiene que pagar arriendo y para conseguirlo empleo le piden a usted una cantidad de papeles, recomendaciones ... Que acá en lo que hago ahora no necesito nada de eso.
En Bogotá yo trabajaba construcción en empresas, comencé como ayudante y como ya me distinguían resulte fue de contratista…. yo tengo mi carnet todavía… Eso de contratista me trajo muchas dificultades con la gente, con los que manejaban las torres grúas, con los que figuraban el hierro… a mi acá en mi tierra me enseñaron a ser responsable y respetuoso, allí se maneja !solo envidia!, todo porque el ingeniero me había dado la confianza y yo no abuse nunca de ella. Yo entonces empecé a conseguir gente, a traer más ayudante, a traer más oficiales, a medida que me iban abriendo el trabajo yo iba trayendo. Se me presentaron mucho problema y entonces yo me retire. Para que usted sepa yo no tengo estudio, lo que he aprendido lo he aprendido es mirando. Cuando me retire, decidimos devolvernos pa “Remolino” de nuevo… aunque sabía que lo había perdido todo, era mejor volver…. la tierra me jalaba, sabíamos por boca de vecinos que ya esa gente se había ido del pueblo y que podíamos volver.
“Se me creció la familia”
Tuve mi primer hijo, cuando fuimos desplazados de acá... me fui para el puerto, en el puerto dure ocho meses, mi primero nació en Villabo, el segundo nació en Bogotá y la niña nació en Villabo, lo de la niña fue cuando nos devolvimos. Los tres mayores ya están en el colegio, la niña si está en la casa con la mamá, aún está muy pequeña. Cuando volvimos nos conseguimos este terreno acá en Remolino y entre mi esposa y yo paramos la casa… el techo y las paredes la hicimos con láminas de zinc… aquí estamos cómodos, claro que este terreno acá en la parte de atrás es alto y barrancoso por lo que el río antes pasaba por acá… el río se fue… no más venga y le muestro por donde llegaba uno en canoa hasta el pueblo... no muy lejos de acá están en pie unas escalas por donde bajaba uno cuando el río estaba seco.
Esto del nombre del pueblo tiene que ver con el río…cuando el río pasaba por acá, se formaban en lo más profundo unos remolinos en las aguas que hundían canoas grandes que pasaban cargadas de aquí pa bajo. Ahora mire usted el río nos dejó… el río se fue, sólo quedó el nombre y la vega por donde pasaba… esos terrenos ahora son utilizados para sembrar y pastar ganado.
“Ahora vivo de lo que da el río”
Cuando volví de nuevo ya no había nada de lo sembrado y las cosas se habían perdido, hasta ahora estoy comenzando a sembrar de nuevo... ayer no más estuve con mi hijo menor sembrando unos colinos de plátano. Yo vivía de lo que daba la tierra, del plátano, la yuca y del maíz que uno siembra y de la pesca.
Ahora me dedico a la pesca en el río Meta, aquí al río vengo todos los días bien madrugado desde Remolino, son más o menos 45 minutos caminando… claro que esto no está bueno, el pescado esta escaso…. pero aquí en estos tiempos bajos se hace para el diario, cuando viene la temporada buena que es desde agosto en adelante uno se recupera… uno se desquita, es más, toca trabajar derecho y trasnochar... el pescado se pasa de noche y toca venir. Como usted se da cuenta aquí pesco solo con “malla”, esta malla mide más de 100 metros y está bastante acabada por la basura que baja por el río, esos troncos y ramas la enredan y cuando eso pasa me toca tirarme hasta lo más profundo para desenredarla. Después haber perdido el lance, toca orillar y sentarme a tejer lo dañado, por esto mantengo acá nylon y agujas para reparar los huecos…. muy seguido me toca baño.
Con este trabajo tengo la ventaja que mi esposa y mis hijos pueden estar conmigo y me ayudan… vea hoy no más, acaban de llegar Teo y León dos de mis hijos y la perrita “Laica” a traer almuerzo, ellos aun salen del colegio, llegan a la casa y se vienen en bicicleta y me ayudan a boliar y recoger la malla, a desenredar, a sacar los pescados de la malla. Teo de 11 años ya sabe nadar y me ayuda aún más… es el que tira la malla, en cambio, León aún no sabe de agua, pero es el más arriesgado me toca estar muy pendiente… apenas está aprendiendo a nadar. Con esto de los niños acá en el río algunas personas dicen que los niños no debían estar acá trabajando conmigo…que eso es explotarlos, yo digo que ellos me ayudan, aprenden a ser responsables y se dan cuenta como se sufre en esto, con trasnochos, zancudos y agua...
Esos muchachos son contentos viniendo para acá casi todos los días… aquí se embarcan conmigo, se bañan en el río, juegan y pasan toda la tarde y nos devolvemos juntos. Yo les hago ver la realidad de mi trabajo, aquí la cosa no es fácil… esto del pescado se está acabando… esto se está muriendo... ya no es como antes, antes la gente vivía de la pesca… ahora esto se pone más duro, con solo decirle que tenemos días que pasamos en blanco y otros en que solo llevamos para comer y algunos para vender, con eso ajustamos para la panela. Con respecto a mis hijos quiero que sigan estudiando para que más adelante tengan como vivir y no dependan como yo… sólo de la pesca y de alguna siembra.
También estaba esperanzado para estos tiempos en la vaina del arroz, un arroz que sembramos en ese terreno que ustedes ven del otro lado del río, el invierno pasado nos fregó, lo cortamos y solo dio dos cargas y allí quedó solo un pucho que está muy escarralao, por ahí votara solo una carga, no dio para más. Vea esa isla que ven del otro lado del río se está formando ahora del lado del terreno que era mío, ese que habíamos dejado tirado cuando nos fuimos… ese en donde nos quemaron la casa... no tiene papeles, cuando eso tenía era carta venta, este terreno es de la vega de lo que deja el río... uno le saca documentos a eso y quedo con carta venta.
En la lectura de la historia de vida anterior se hace visible en un primer momento un eje central donde giran las problemáticas que se develan a lo largo de la narración: “desarrollo y progreso”. Eje que ponen en evidencian asuntos como los efectos de las transformaciones de las labores del campo: como en la mecanización que tiene efectos en los modos de explotación, donde la tierra comienza a ser explotada por encima de sus posibilidades de producción, una actividad agraria ahora con mayores rasgos de actividad de tipo industrial que tiene efectos e influencian en lo familiar en el campo, el campesino pasa de practicar actividades tradicionales campesinas (como la economía campesina) a ser asalariado (obrero) de la industria agraria en este caso la de los grandes monocultivos de caucho, caña y palma entre otros.
Atrapado entonces en el sistema productivo el campesino se encuentra con la imposición de medidas de orden (grupos económicos-Estado) para evitar la protesta por las afecciones causadas, con lo que se da vía libre a los procesos de acumulación y despojo de tierras por parte del sistema mismo: el mercado capitalista. En un segundo momento, todo este proceso de cambios en lo rural intenta romper con la concepción que tiene el campesino del territorio: un sentido representativo de su existencia, de cómo ven y entienden la vida, desde sus relaciones sagradas y espirituales con la tierra, que no siempre son entendidas y comprendidas desde unos patrones mentales preconcebidos y con una mirada muy desde afuera: Estado y mercado. Con todos los cambios acaecidos lo que queda demostrado es que la cultura tradicional que fue acumulada a través del tiempo por los individuos comunes, desde sus expresiones mismas, pasó de ser una alternativa autónoma a ser reemplazada progresivamente por los procesos llevados a cabo por la institucionalidad en alianza con el mercado capitalista.
Para finalizar e intentando contextualizar el panorama aquí presentado se encuentra en una primera revisión al Plan Nacional de Desarrollo-PND (2010-2014), que este propone echar a andar las locomotoras (agro, minería e infraestructura) que jalonan el desarrollo del país, en las que en este caso se requieren vastas extensiones de tierra para su ejecución. Con esta propuesta del PND adquieren relevancia la modernización del campo colombiano para crear desarrollo y progreso, dándole importancia a la agricultura desde una perspectiva de participación en la producción y la competitividad, pero sin dar cabida a iniciativas que conduzcan a la democratización de la propiedad agraria. Planteando el fortalecimiento de la pequeña propiedad, con base en la empresarización y las alianzas productivas como alternativa para lograr sostenibilidad económica, estrategia que conduce al empobrecimiento del pequeño agricultor.
Con respecto a las propuestas para la economía campesina, el PND propicia la empresarización del campo en base a una mejor utilización de las tierras, considerando dicha economía sólo como aportantes de tierras y mano de obra, desconociendo así que esas pequeñas extensiones bajo control campesino, son las que continúan generando una importante porción de la oferta alimentaria. Esta propuesta de la empresarización del campo le deja una única opción al pequeño productor, enajenar sus tierras, muestra de ello en la actualidad son las inversiones de grupos económicos y multinacionales como Mavalle, Boienergy, Grupo Aliar-La Fazenda, Grupo Mónica, Inversiones Manuelita, Ingenio Sicarare y el Grupo Proyectos Forestales, entre otros.
Este modelo de desarrollo aplicado por décadas en el campo colombiano, se convierte en excluyente e inequitativo y aviva el fuego del conflicto. Sumado todo esto a la permanencia de las élites políticas locales y nacionales, al no reconocimiento del campesinado como actor político, a su despojo y desplazamiento forzado y unas políticas agrarias sin interés en modificar la estructura de la tenencia de la tierra, ha conducido a la conservación de un orden social rural que resiste al cambio.
BIBLIOGRAFÍA
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Diario de campo (2014). Notas y archivos fotográficos (archivo propio) de salida de campo a los Llanos Orientales, corregimiento de Remolino, Puerto López-Puerto Gaitán. META) de los día 1 al 8 de febrero de 2014.
CIBERGRAFIA
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