"El diálogo entre la educación oficial y los pueblos originarios ha sido de mucho malestar, porque precisamente la educación que trajeron los colonizadores a nuestras tierras no es una historia que quedó en el pasado, sino que se sigue reproduciendo la herencia colonial y, sobre todo, reforzando la hegemonía cultural, política y económica de Occidente. Es decir, lo que tenemos hoy es una educación colonial, machista, católica, individualista, patriarcal y universal; una educación que ha desconocido los saberes ancestrales de los pueblos originarios de Abya Yala".
Santiago Castro
Coordinador del Programa de Educación Indígena
Docente de la Licenciatura en Pedagogía de la Madre Tierra
Facultad de Educación Universidad de Antioquia. 2014
Antes de comenzar esta exposición quiero aprovechar este espacio para hacer un reconocimiento a dos grandes pedagogos de nuestra historia de los Gunadule1, a Nana Giggadiryay (abuela sabia) e Ibeorgun (abuelo sabio), que aproximadamente hace unos tres mil años, vinieron de otros universos para hablar del cuidado de la madre tierra; en aquella época, el pueblo Gunadule estaba olvidando su memoria, respeto a su entorno, dejaron de cantar a la naturaleza, de danzar en las fiestas de las niñas púber.
En medio de esa crisis, aparecieron en una noche de luna llena estos abuelos, trayendo una manera diferente de enseñar, nos contaron que la mejor manera de transmitir los conocimientos, de aprender las historias, era por medio del canto, meciéndose en la hamaca; así mismo nos dijeron que el saber milenario también se puede aprender por medio del cuerpo, como una unidad compacta, un solo tejido para comprender la importancia de la familia, del vecino, de la comunidad, de la humanidad, de la madre tierra y del cosmos; para entender mejor esta enseñanza, nos puso un ejemplo:
"Cuando un avispa pica a un dedo gordo, el otro dedo no dice qué me importa, al contrario, sufre todo el cuerpo, todas las partes del cuerpo llora, siente dolor, los ojos muestran su dolor con sus lágrimas, el corazón late aceleradamente, no hay fuerzas para caminar, porque está ligado, conectado, interrelacionado. Esta primera enseñanza facilita para entender la importancia de la familia, de la sociedad; me duele lo que pase con mi familia, con cada miembro de mi comunidad, por ello para gobernar debe ser desde el corazón de la madre; es decir, el dolor y las alegrías de la naturaleza, de la sociedad, deben ser partes fundamentales de mi ser.
Para transmitir estos mensajes, la madre Giggadiryay y el abuelo Ibeorgun construyeron una gran casa, para que la comunidad tuviera un espacio para recibir la sabiduría de los antepasados, y en el centro de la gran casa colocaron dos hamacas, para que los abuelos y las abuelas por medio de los cantos pudieran transmitir las historias milenarias; esa casa grande la llamaron Onmaggednega (casa donde se canta, se transmite, se enseña y se aprende la sabiduría milenaria del pueblo Gunadule).
El diálogo entre la educación y los pueblos originarios
Desde esta perspectiva, el diálogo entre la educación oficial y los pueblos originarios ha sido de mucho malestar, porque precisamente la educación que trajeron los colonizadores a nuestras tierras no es una historia que quedó en el pasado, sino que se sigue reproduciendo la herencia colonial y, sobre todo, reforzando la hegemonía cultural, política y económica de Occidente. Es decir, lo que tenemos hoy es una educación colonial, machista, católica, individualista, patriarcal y universal; una educación que ha desconocido los saberes ancestrales de los pueblos originarios de Abya Yala, como lo dijo un día el maestro Santiago Castro.
"Durante los últimos 516 años no ha sido posible el reconocimiento de la pluralidad epistémica del mundo. Por el contrario, una sola forma de conocer el mundo, la racionalidad científico-técnica de Occidente, se ha postulado como la única episteme válida, es decir, la única capaz de generar conocimientos verdaderos sobre la naturaleza, la economía, la sociedad, la moral y la felicidad de las personas. Todas las demás formas de conocer el mundo han sido relegadas al ámbito de la doxa, como si fueran el pasado de la ciencia moderna, y consideradas incluso como un "obstáculo epistemológico" para alcanzar la certeza del conocimiento".
Para poder reparar las heridas de la historia colonial, la otra cultura debe reconocer los conocimientos de la sabiduría de los pueblos ancestrales, para aportar al país diverso que hoy debate entre la paz y la violencia, entre la democracia y la hegemonía del poder en manos de los ricos y no de los pueblos y comunidades. Para poder lograr construir un país diferente, incluyente, debemos pensar lo siguiente:
1. Las universidades de Colombia deben hacer un alto en el camino para reflexionar sobre el respeto a la naturaleza y en la reproducción mercantil de sus recursos que hace daño a nuestro hábitat, nuestro territorio. ¿Para qué tantos adelantos científicos de la ciencia moderna, si están cometiendo la mayor tragedia de la humanidad, ocasionando el desequilibrio de nuestro hábitat, de los seres y la naturaleza, o sea, estamos en el preludio de la muerte de la humanidad y de la tierra, porque estamos acelerando la muerte de todos los seres por medio de los megaproyectos que se planean en los centros financieros de los países poderosos de la tierra. En ese sentido, podemos plantear que la educación no ha estado resolviendo los problemas de la humanidad, sino que ha estado al servicio de los poderosos.
2. Hoy los currículos están pensados para responder a las grandes compañías transnacionales, para que los países ricos sean más ricos y los países pobres cada vez más pobres. Es decir la educación al servicio de los ricos, y nuestros hijos e hijas al servicio de la globalización, porque los currículos están al servicio de la formación científica y tecnológica que los países desarrollados necesitan para sus mercados; es decir, que la diversidad cultural no es prioridad, porque significa el obstáculo del progreso, por tanto la homogenización es una necesidad, las culturas deben desaparecer porque el orden mundial a nivel económico requiere que la soberanía de los países desaparezca, para que las puertas de nuestras casas se mantengan abiertas a las grandes empresas multinacionales con sus megaproyectos, aniquilando los proyectos de vida de los pueblos originarios de este continente y de los pobres de América.
3. A lo largo de los siglos precisamente hemos tenido esta educación que ha cumplido un papel fundamental: la de borrar la memoria y la sabiduría de los pueblos originarios de este continente de Abya Yala; en esa medida la usurpación de los territorios de los pueblos originarios con sus riquezas se hará de manera fácil y con más sutileza.
4. Hoy en este escenario pedimos al país que reconozca la existencia de sus 102 pueblos originarios y que asigne suficientes presupuestos para que nos podamos dedicar a nuestros planes de vida y nuestros propios currículos con tranquilidad, en diálogo con la naturaleza, de manera placentera y desde el saber ancestral; y sobre todo hacer caso a la Corte Constitucional que ha planteado que en Colombia corremos de manera inminente a la desaparición de 36 pueblos originarios en Colombia (Auto 004, 2009).
5. La educación superior debe partir desde el reconocimiento de los ancestros de nuestros pueblos, y desde las necesidades y prioridades de nuestras comunidades. Si bien somos los grandes ambientalistas, que hemos cuidado desde siempre la naturaleza, con las políticas de nuestros gobiernos estamos en peligro de muerte. Por ejemplo, cómo abordar las basuras de plástico, de latas y de vidrios que llegan a nuestras comunidades contaminando nuestro hábitat. También, hoy muchos pueblos tienen problemas graves en salud, educación y falta de tierras para vivir dignamente.
Propuesta de creación de la Escuela de Gobierno Indígena y la Licenciatura en Pedagogía de la Madre Tierra
La educación que proponemos debe estar en capacidad de incluir en los procesos formativos de las nuevas generaciones a las sabias y los sabios de la comunidad, a artesanas y artesanos, botánicos, historiadores, líderes y lideresas, entre otros, mientras al mismo tiempo se propicia el diálogo de saberes con otras culturas, desde una perspectiva crítica, creativa y transformadora que permita romper con penosos y delicados procesos históricos de asimilación, aculturación y pérdida de la identidad. De este modo, la experiencia de la Licenciatura en Pedagogía de la Madre, que venimos construyendo en equipo la Organización Indígena de Antioquia y la Universidad de Antioquia, se nutre del pensamiento que los pueblos originarios han mantenido desde siempre. En la justificación de dicho programa3 planteamos que:
"Todos los pueblos indígenas de la tierra, todos, absolutamente todos, decimos que la tierra es nuestra madre, que todos los seres que habitamos somos sus hijas e hijos, porque dependemos de ella en cada instante de nuestras vidas, porque la estructura de nuestro cuerpo es igual al de la tierra".
"Nuestro hígado, nuestros pulmones, nuestros huesos, la sangre que corre por nuestras venas son iguales a las quebradas, a las montañas, a los diferentes ecosistemas que hay en la madre tierra"…
"Por tanto hay que protegerla, porque está tanto en nuestro propio cuerpo como en el aire que respiramos, el agua que bebemos, el sol que nos calienta y las plantas y animales que nos dan su sustento".
"La educación hasta ahora ha significado un aparato represivo que ha negado sustancialmente la sabiduría de los pueblos, por eso encontramos en los caminos de Abya Yala pueblos que se avergüenzan de su rostro, de su identidad, de sus tradiciones, de su lengua, porque toda la transmisión desde la escuela ha sido ajena a sus tradiciones".
"La Escuela que hoy tenemos no da cuenta de la hermosura de la vida, de la armonía entre los seres, de la colectividad; hasta hoy han tratado a la niña y al niño como objetos, porque sus métodos han sido simplemente la transmisión de la información".
"No se recrea el conocimiento, el currículo gira es alrededor de las necesidades laborales de una economía que sólo piensa en la ganancia, no en la calidad de vida de la gente".
"Un maestro o una maestra indígena cumple no sólo un papel de mero docente, sino de puente de diálogo entre los saberes ancestrales y los saberes de la cultura dominante y otras culturas con las cuales interactúa su comunidad. Se espera por tanto que esté en capacidad de servir de orientación y guía en la toma de decisiones y genere iniciativas que contribuyan con el bienestar del colectivo".
Ejes formativos
Es tiempo que las universidades aprendan y dejen de ser arrogantes de su saber y se pongan al servicio de las comunidades locales, porque no sólo el conocimiento de occidente es el único valedero, sino que también existen otros conocimientos que pueden aportar al país y al mundo, por eso en Antioquia surge una propuesta que pone a dialogar una universidad y una organización indígena. De esta manera, las políticas de la organización, para la pervivencia de los pueblos, se convierten en los pilares centrales de la formación académica y pedagógica. Ellos son: a) gobierno y administración; b) educación y cultura; c) salud; d) territorio y medio ambiente; y e) género, generación y familia.
Por otra parte, los ejes transversales son aquellos que permiten la reflexión crítica y una interacción respetuosa entre la vida académica y la vida de los pueblos. Ellos son: a) investigación desde una perspectiva de-colonial; b) diálogo de saberes e interculturalidad y c) pedagogía crítica y creativa. Por su pertinencia para re-pensar la relación entre la universidad y las comunidades indígenas, me referiré en detalle a estos tres ejes:
Investigación desde una perspectiva de-colonial
Cuando reflexiono sobre la historia colonial pienso es en la realidad de los pueblos indígenas hasta el día de hoy; las situaciones difíciles que hemos vivido en medio de la marginación, la invisibilización y el olvido y, sobre todo, las políticas de muerte que han diseñado los gobiernos de turno; porque hoy, igual que hace 516 años, seguimos siendo ricos en la biodiversidad a pesar de tanta muerte de los pueblos originarios y de la naturaleza por parte de los megaproyectos que siguen invadiendo territorios y desalojando pueblos y comunidades. Por otro lado, el conocimiento ancestral de nuestros pueblos cada vez está en el olvido, cada minuto se mueren las sabias y sabios de nuestras comunidades y cada vez el rostro de la naturaleza va perdiendo su brillo.
Desde esta realidad, la investigación que proponemos en nuestro colectivo de trabajo, debe ser desde una construcción cualitativa que pongan en cuestionamiento las políticas que siguen todavía la mirada colonizadora que hoy llamamos "era moderna". No podemos simplemente seguir con la resistencia, tampoco únicamente desde la transformación de relaciones, estructuras, conocimientos, como lo dice Mignolo4, sino desde una búsqueda que dé cuenta de la pervivencia de los pueblos y de la naturaleza. Para mantener una llama viva para la vida de los seres la humanidad debe aprender que no estamos solos en este espacio tan hermoso, la tierra, sino que este espacio depende de todos nosotros para que la vida siga existiendo.
Por ello, los currículos en diferentes instituciones educativas y las políticas en el plano mundial tienen que cambiar desde el sentido de la vida, desde nuestra actitud en armonía con otros seres que también dependen de ella, la tierra. O sea, la investigación desde la perspectiva de-colonial es una búsqueda de nuevas alternativas para el planeta, desde una visión distinta, que dé cuenta que hay otras economías más humanas, otras políticas en construcción, otras intelectualidades, no sólo desde la academia, sino desde la gente sencilla que vive en armonía con la naturaleza, desde un plan de desarrollo sostenible, sustentable y equitativo y, sobre todo, desde el afecto que debe existir entre la tierra y los seres. En esta perspectiva es muy importante tener una sensibilidad en el reconocimiento de otros saberes; es decir, la investigación de-colonial es una búsqueda permanente en la construcción de nuevos paradigmas, hacia nuevas maneras de saber y de ser.
Diálogo de saberes e interculturalidad
La propuesta de la Pedagogía de la Madre Tierra debe tener en cuenta las diferentes miradas que los distintos pueblos han tenido desde su historia con la tierra; de esa manera poder permitir un diálogo e intercambiar los conocimientos ancestrales con las nuevas realidades que nos toca vivir en el mundo globalizado de hoy, que no respeta las diferencias, sino que solamente piensa en el mercado que beneficie a una empresa transnacional. En ese sentido toma vigor la interculturalidad, como estrategia para poder llegar nuevamente al conocimiento ancestral que siempre ha sido negado; al fortalecerlo, estamos a la vez promoviendo la interculturalidad, porque en esa medida estamos diciendo que todo conocimiento humano es importante, ningún pueblo en la tierra puede hablar de la superioridad del saber, sino la riqueza de los diferentes saberes en el mundo. Si esto hubiera sucedido en el primer encuentro con los europeos, creo que tendríamos otro universo en las manos.
En este nuevo proyecto de la Pedagogía de la Madre Tierra proponemos entonces fortalecer los planes de vida y el poder local, que para el caso de los pueblos indígenas significa el reconocimiento de las autoridades tradicionales que muchos pueblos tienen o de sus cabildos. El gobierno local es fundamental porque es la base; de él depende que las planeaciones zonales, regionales y nacionales puedan existir y tengan su fortaleza, porque actualmente el sistema que opera en Colombia no da cuenta de las realidades locales y no conoce los planes de vida que cada sector está proponiendo o lo que están haciendo. Por eso nos parece que la interculturalidad no sólo es para interrogar nuevas relaciones de convivencia, respeto y valoración de las diferencias, sino que desde ahí se debe pensar en la transformación de las relaciones de un nuevo poder y un nuevo saber que de cuenta la diversidad en el país. Es decir, al darle importancia a los saberes locales, tradicionales y milenarios, el intercambio de los conocimientos se hace más placentero y con mucho más agrado, no de la forma que hoy se está haciendo, agrediendo los conocimientos del otro, porque se cree que son superiores a las culturales ancestrales.
Por eso los pueblos indígenas hemos dicho que las metodologías de enseñanza que han llegado a las escuelas indígenas, de carácter doctrinario, deben cambiar: deben partir desde el conocimiento de las comunidades y reconocer los saberes que niños y niñas traen de sus abuelos y abuelas; deben valorizar la memoria de sus sabios y sabias, el entorno, la naturaleza, los trabajos comunitarios y, sobre todo, la cotidianidad de ese pueblo. Este debe ser el requisito para conversar con el otro, con el vecino, con el municipio, con el departamento, con la nación y con el mundo. Ese es el cambio que queremos procurar, porque en las condiciones que estamos es imposible hablar de la interculturalidad, porque la conversación y el intercambio lo estamos haciendo con el parámetro del otro que hace 516 años llegó a invadir nuestro suelo de Abya Yala y desde entonces esta la fecha ha negado la existencia de la vida de otros seres y por tanto el conocimiento de los pueblos originarios.
Pedagogía crítica y creativa
Siguiendo en este mismo orden de ideas, planteamos que no podemos continuar con la misma pedagogía transmisionista, pasiva y autoritaria. La pedagogía crítica, en cambio, nos enriquece y nos invita a partir de lo propio en una búsqueda permanente de una conciencia crítica que dé cuenta de la realidad histórica de los pueblos, que aún existimos a pesar de las políticas de muerte que hemos padecimos a través de los siglos. Retomar la pedagogía crítica no es para cobrar venganza de lo que ha pasado, sino que es un llamado de atención a que la humanidad no puede continuar así, porque sería la muerte del planeta, pues todos formamos parte del equilibrio de la tierra. Precisamente el caos en la tierra se debe sustancialmente a las políticas de los estados ricos que planean sin contar con otros pueblos y creen tener siempre la razón; y las ciencias, que deberían estar en las manos de la gente sencilla, están es en manos de los poderosos que sólo tienen la intención de seguir saqueando los recursos naturales, lo cual significa la muerte de la tierra. Por otro lado están los pueblos que luchan, que trabajan en la defensa de ella, y que según los poderosos son un obstáculo para su desarrollo y el progreso de las naciones ricas.
Sin embargo, aquí no se trata de quedarse en el mero discurso contestatario, sino en buscar permanente una pedagogía que dé cuenta de la vida que está en las comunidades, en el hábitat tradicional de los pueblos, que dé cuenta de las distintas formas que los pueblos han utilizado como estrategias para que el aprendizaje sea un acontecimiento de la vida, que el aprendizaje signifique la alegría, el contacto con la naturaleza, signifique la maduración de las relaciones de reciprocidad y de armonía, que realmente podemos enseñar a la humanidad que el aprendizaje no sólo está en el aula, sino en la vida cotidiana, es decir que se aprende haciendo, viendo la realidad.
Es aquí donde hablamos de pedagogía creativa. Por ejemplo, al participar en la construcción de la casa comunitaria, que muchos pueblos siguen haciendo, o en los rituales de curación por medio de los cantos o en las fiestas de paso en distintos pueblos, estamos celebrando la creatividad de la vida; o sea, la realidad, la vida cotidiana se vuelve creativa utilizando elementos que la misma naturaleza nos provee.
El estado que enfrentamos es bastante difícil porque esta experiencia cuesta dinero, porque nuestra formación no ocurre en las aulas de la Universidad, sino en las comunidades; hemos dicho que la universidad debe ir donde está la gente, no solamente que los estudiantes lleguen a los centros educativos, ya que la experiencia de dejar a sus comunidades ha sido dolorosa, y el sistema de educación universitaria no da cuenta de la diversidad, y por tanto hay mucha deserción, no hay acompañamiento en las apuestas de sus proyectos, porque la universidad tiene su propio diseño en la elaboración de su tesis, y que no da cuenta de lo diverso que son los conocimientos, los aprendizajes y las enseñanzas, la universidad debe hacer un esfuerzo de reconocer que hay diferentes conocimientos.
Lengua materna, camino de sabiduría
Desde esta perspectiva la lengua materna juega un papel sustancial para develar la historia de los ancestros que está presente en la propuesta curricular como una manera de aprender y enseñar la lengua desde la historia.
— La lengua materna es como una nave espacial que me lleva a ser testigo del nacimiento de la madre tierra, cómo fueron creadas las plantas, los animales y por último los seres humanos.
— La lengua es como un espejo que nos posibilita mirar nuestros rostros ancestrales.
— La lengua es como un tejido de nuestro ADN, que nos habla de lo que somos y de lo que fuimos, y lo que seremos.
— La lengua nos posibilita que estemos conectados con el cosmos y podamos entender que somos cosmos, pero también somos terrenales, ahí está nuestro equilibrio de mantenerla.
Desde esta visión integral, la formación investigativa está orientada a convocar a las y los participantes a comprender mejor su propio contexto para, a partir de allí, generar alternativas y propuestas significativas para sus comunidades y contextos escolares, en especial, articuladas a los planes de vida. La formación investigativa se ha considerado como componente transversal, pues alrededor de preguntas de indagación centrales se orientarán los contenidos del currículo, así como las actividades en contextos escolares y comunitarios a realizar por los y las estudiantes.
En los primeros tres semestres, dichas preguntas de indagación son:
En los dos últimos años, la formación investigativa se abordará de manera articulada en cada contenido, orientada desde los seminarios "Pedagogías e investigación desde la diversidad cultural". En los distintos contenidos se profundizará en distintas concepciones y metodologías sobre la investigación, y se brindarán herramientas tanto cuantitativas como cualitativas, comprendiendo la investigación como parte indisoluble de la recreación y construcción de conocimiento, así como del quehacer pedagógico, bien sea en la institución escolar o con la comunidad.
En cada contenido se abordarán discusiones críticas en torno a la ciencia y la investigación que se vienen dando en Latinoamérica y a nivel mundial, en especial, desde aportes mismos de cosmovisiones y epistemologías de los pueblos indígenas. De esta manera, hacer visible cómo algunas teorías sostienen el carácter objetivo y neutral de la investigación y la ciencia, mientras otras plantean cómo nuestra manera de ver el mundo incide en nuestra manera de interactuar con él (perspectivas étnicas, poscoloniales, feministas, de-coloniales, entre otras).
Entre las preguntas de indagación relacionadas con la investigación, que orientarán los contenidos de estos dos últimos años están:
Este es el esfuerzo que estamos realizando los pueblos indígenas de Antioquia con su Organización Indígena de Antioquia, este esfuerzo de sacar adelante esta propuesta de vida en la Pedagogía de la Madre Tierra; también conozco los esfuerzos que otros pueblos hermanos en Colombia y en Abya Yala están haciendo, pero el sistema de nuestra educación a nivel local, departamental y nacional, aunque la Constitución nacional plantea la diversidad y que la educación es de gratuidad, también debe tener en cuenta distintos sistemas educativos que tenemos en el país, estamos todavía lejos de llegar a la meta, porque la educación está supeditada por los gobiernos de turno y no como una política de Estado, por eso presupuesto no hay, tampoco hay interés para que los procesos deban continuar.
El gobierno nacional, por mandato de la Corte Constitucional, ha entregado los recursos para la implementación del plan de salvaguarda y la etnoeducación para algunos pueblos; ha sido muy importante, pero hay una gran preocupación por las políticas mineras del estado que contradice su aporte, ya que por estas políticas de extracción se van a morir muchos pueblos, entonces una educación que hable de la protección de nuestra madre tierra se vuelve un obstáculo con nuestro gobierno que no está pensando en la protección de nuestro hábitat, sino que con las empresas multinacionales negocia, sin consultar con sus dueños originales, los contratos para su implementación, como ha sucedido con el carbón de Necoclí, que el 14 de septiembre de 2010, el presidente Santos con las empresas del país Corea del Sur firmaron para su explotación; si sucede eso, se va morir mi pueblo Gunadule de Ibgigundiwala (Caimán Nuevo), ahí reside la importancia de implementar una educación de vida, ya que el futuro que se nos avecina será difícil, pero creemos en la solidaridad de mucha gente, tanto nacional e internacional y de las experiencias que han enfrentado muchos pueblos en Colombia y en América, que nos pueda servir como estrategia de vida para las futuras generaciones.
Todo lo que hemos dicho hasta ahora es nuestra apuesta para cambiar la educación, que hasta ahora ha significado un aparato represivo que ha negado sustancialmente la sabiduría de los pueblos, ha sido de negación todo el tiempo, por eso encontramos en los caminos de Abya Yala pueblos que se avergüenzan de su rostro, de su identidad, de sus tradiciones, de su lengua, porque toda la transmisión desde la escuela ha sido ajena a sus tradiciones. La escuela que hoy tenemos no da cuenta de la hermosura de la vida, de la armonía entre los seres, de la colectividad; hasta hoy ha tratado a la niña y al niño como objetos, porque sus métodos han sido simplemente la transmisión de la información, no se recrea el conocimiento, porque las construcciones curriculares se hacen es alrededor de las necesidades laborales de una economía que sólo piensa en la ganancia, no en la calidad de vida de la gente. La sabiduría de los mayores nos plantea que el centro de la educación debe ser la tierra, como parte esencial de la vida en este universo, y ahora con mayor énfasis porque ella está en peligro de muerte.
Por eso necesitamos hacer una revolución educativa en todos los niveles, donde haya convivencia entre todos nosotros; para eso debemos tener un espíritu creativo, responsable por mantener en Colombia conciencia de que esta tierra es nuestra madre, el respeto a ser diferentes y la diversidad, la preocupación por enriquecer la cultura y la felicidad de individuos y comunidades. Si lográramos eso no necesitamos reformas educativas, sino entender el latido del corazón de nuestra madre tierra que late aceleradamente para que nosotros sus hijos e hijas la sigamos amando y la escuchemos; si no es así, continuaremos sembrando su muerte y por tanto la de nosotros mismos.
Espero que esta historia que se cuenta en la casa larga de sabiduría haya llegado a los corazones de cada uno de ustedes, y que juntos con los que gobiernan podamos trabajar para el bien de toda la sociedad, no solamente para el bienestar de unas cuantas familias en Colombia. Así funciona la sociedad.
Agradecimientos
Este comienzo de la experiencia no hubiera sido posible sin el aporte de la Organización Mugarik Gabe del País Vasco, de la Secretaría de Educación para la Cultura de Antioquia – SEDUCA y del convenio marco de cooperación entre la Organización Indígena de Antioquia y la Universidad de Antioquia, que hizo posible la creación del Programa de Educación Indígena en la Facultad de Educación. Un reconocimiento especial al grupo de investigación Diverser, cuyo soporte ha hecho posible esta experiencia y que el tema de la interculturalidad y, sobre todo, los conocimientos de los pueblos ancestrales sean escuchados en diferentes espacios de las universidades.
Notas
1. Nombre que comúnmente se conoce como kuna/tule, pero que reunidos en un encuentro binacional Panamá-Colombia en la Comunidad de Maggilagundiwala, Unguía-Chocó, llegaron a la conclusión sus autoridades que son Gunadule.
2. Castro, Santiago. (2006). "El capítulo faltante de Imperio. La reorganización posmoderna de la colonialidad en el capitalismo posfordista. "Conferencia dictada en el seminario "Descolonizar el pensamiento: reto actual de la pedagogía Latinoamérica". Doctorado en Educación, líneas interculturales. Medellín: Facultad de Educación, Universidad de Antioquia.
3. Presupuestos iniciales para la creación curricular de la Licenciatura en Pedagogía de la Madre Tierra. Medellín: Organización Indígena de Antioquia y Facultad de Educación, Universidad de Antioquia. Octubre de 2006 (documento de trabajo).
4. Mignolo, Walter. "La colonialidad a lo largo y ancho: el hemisferio occidental en el horizonte colonial de la modernidad." En: La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales, edited by Edgardo Lander, 55-86. Buenos Aires: Clacso y Unesco, 2000.
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