Documentos de la Revolución cubana 1959
José Bell
Delia Luisa López
Tania Caram
Introducción
Ante la última maniobra del imperialismo norteamericano para impedir la victoria del Ejército Rebelde sobre la tiranía, estando este ya a las puertas de Santiago de Cuba el 1ro. de enero de 1959, Fidel Castro afirmó en memorable alocución: «Esta vez los mambises sí entrarán en Santiago de Cuba». Así, no solo reivindicaba una ofensa histórica que vivía en la memoria del pueblo cubano; también, al enfatizar que esta vez sí se trataba de una Revolución, anunciaba el principio del fin de las frustraciones derivadas de una independencia escamoteada por los Estados Unidos, desde su intervención en la guerra de los cubanos contra España en 1898.
Sin embargo, las complejas circunstancias del triunfo insurreccional determinaron la instalación de un gobierno de composición mixta, entre cuyos integrantes eran identificables figuras revolucionarias, reformistas y de la burguesía; estas últimas contribuyeron a la inoperancia que lo caracterizó durante el primer mes y medio de su existencia. Con la asunción de Fidel Castro al cargo de primer ministro, comenzaría la progresiva –y plena de conflictos– radicalización del gobierno, hasta convertirse, a fines de ese año, en un organismo en el que predominaban las fuerzas revolucionarias.
Durante 1959, la Revolución no solo tomó el poder político, sino que dio inicio a un proceso de profundas transformaciones sociales, con lo cual sentó las bases para intentar avanzar una sociedad diferente. Aquel proceso puede ser inteligible desde los documentos que constituyen este libro.
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Estimada Delia: Leo con interés tu artículo sobre la reforma agraria en Cuba aparecido en Rebelión. Es bueno que alguien refresque esta historia hoy casi olvidada. Creo que se te escapó un error: "Aproximadamente 200,000 mil familias campesinas fueron beneficiadas con la distribución de un poco más de cinco millones de caballerías" Dado que la superficie de Cuba son unos 110.000 km2, unos 11.0000.000 de hectáreas, esto equivale a unas 850.000 caballerías. Números aproximados. Saludos William Yohai (wilyo@adinet.com.uy )
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