A partir de la entrevista que concedió Humberto Maturana a Revista Capital, el coach ontológico Rafael Echeverría lanza una dura respuesta, puntualizando que, “es injusto que sin conocer el mundo del coaching le falte el respeto a estos profesionales que merecen nuestro más alto reconocimiento”. Publicación Revista Capital, 21 de Enero de 2016.
RafaelEcheverria
En el último número de la revista Capital aparece una entrevista a Humberto Maturana en la que éste lanza, de forma liviana, graves acusaciones hacia mi persona y sorpresivas descalificaciones al oficio del coaching ontológico. Lamento muy profundamente esta situación. Es más, ella me produce gran desconcierto, pues sus aseveraciones contravienen de manera flagrante los hechos. Hasta este momento no había tenido con Maturana ninguna situación equivalente a la que hoy se produce.
Quisiera partir afirmando que Maturana tuvo una influencia positiva en un momento ya lejano de mi desarrollo intelectual. Estoy hablando de la década de los años 80 e inicios de los 90. Tuvimos una relación cercana de amistad y respeto mutuo. Como parte de ello, lo invité a distintos eventos que en su momento organizara en San Francisco, Santiago, Puerto Vallarta y Caracas. Abrimos sus enseñanzas a nuestros alumnos y, a partir de ellos, muchos de ellos participaron en sus programas de formación. Esto todavía sucede y algunos de sus actuales programas están dirigidos a los coaches ontológicos, muchos de los cuales se han formado con nosotros. Hasta este momento, pensaba que habíamos contribuido a difundir su pensamiento en personas a las que, de lo contrario, éste no hubiese llegado. So far, so good.
Es cierto que con el tiempo me he distanciado de sus planteamientos. La época de mi mayor acercamiento con él fue aquella en la que desarrollaba su concepción de la autopoiesis, como factor distintivo de los sistemas vivientes, e incursionaba en lo que llamaba “la biología del conocimiento”. Me pareció fascinante cómo realizaba un abordaje desde el cuerpo en un dominio se había situado tradicionalmente al nivel del alma. No dudé en celebrar la originalidad de su pensamiento en mi libro El búho de Minerva, donde le dediqué un capítulo.
Sin embargo, sus planteamientos se me hicieron crecientemente problemáticos. Su incursión en el dominio de los fenómenos sociales me ha parecido siempre deficiente y todo lo que guarda relación con “la biología del amor” me parece insostenible y carente de todo sustento serio. Discrepo también de su concepción de la realidad y del observador. Hoy en día, mis enseñanzas no mencionan a Maturana. No lo ataco, pero tampoco lo incluyo.
En el año 2008, supe a través de ex alumnos míos que se formaban con él, que en sus cursos Maturana me atacaba muy duramente y me acusaba de haberle usurpado sus ideas. Me tomé el trabajo de identificar cada una de sus críticas y le escribí refiriéndome a cada una de ellas y rectificando lo que él decía. Humberto me respondió señalando que esto era un malentendido y alabando mis planteamientos, aunque, con algunos de ellos, manifestabadiscrepancias. En la última frase de su respuesta se refiere a mi “gran obra”. Di por superado el problema.
Hoy, sin embargo, no sólo vuelve a la carga. Lo hace con artillería pesada. Leer lo que dice no ha sido fácil. Frente a ello, debo afirmar categóricamente dos cosas. Todo de lo que me acusa es falso. Pero lo más importante es que él lo sabe. No es éste el lugar para hacer mis descargos. Quién se interese en conocerlos puede acceder a nuestra página web: www.newfieldconsulting.com . Allí encontrará también nuestros intercambios del año 2008. Invito al lector a leer este material y a formarse su propia opinión.
Me siento obligado a decir algo más. En sus ataques a diestra y siniestra, Maturana ataca también al oficio del coaching ontológico. Ello ha producido dolor e indignación en miles de personas que se dedican con esmero y cuidado a esta nueva profesión. Se trata de un oficio comprometido con los más altos estándares éticos. Si Maturana quiere golpearme a mí, que lo haga. Yo me sabré defender. Pero es injusto que, sin conocer el mundo del coaching, le falte el respeto a estos profesionales que merecen nuestro más alto reconocimiento.

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FUENTE: http://www.newfieldconsulting.com/rafael-echeverria-responde-maturana-todo-de-lo-que-acusa-es-falso/
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