Autor: Redacción EL MUNDO
1 de Julio de 2014
Según Quijano, es necesario hacer un pacto ciudadano contra el crimen, construido mediante procesos de diálogo y concertación entre la comunidad y la Administración Municipal.
Un control territorial ejercido por las Convivir en la Comuna 10 ha desatado una serie de delitos, entre los que se encuentran homicidios, torturas, extorsión, desapariciones, microtráfico de estupefacientes y contrabando. Esta fue la denuncia hecha la semana pasada por la Corporación para el Desarrollo y la Paz, Corpades, mediante la publicación de dos informes.
Y es que, según Luis Fernando Quijano, presidente de la corporación, “dentro del Centro de la ciudad se está presentando una nueva guerra silenciosa por el monopolio del sector”, lo que ocasiona una serie de hechos violentos que, aparentemente, dice él, son casos aislados.
El informe resalta el hecho de que en el Centro de Medellín se ha mantenido por años la presencia de las Convivir, que según Quijano, “tienen alrededor de 35 grupos”.
“Hay apoyo de la Meval”
Según las denuncias de Corpades, las Convivir ejercen control territorial en la Comuna 10, como uno de los trabajos que ejecutan para la llamada Oficina. “En el Centro hay apuestas ilegales, pagadiarios, homicidios, extorsiones, prostitución, explotación sexual infantil, contrabando, plazas de vicio y pareciera que la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, Meval, no se da cuenta de nada”, dice Quijano.
Sin duda una de las mayores preocupaciones presentadas en el informe es el gran número de extorsiones que se presenta en la zona, no solo a comerciantes formales sino también a trabajadores informales. Asimismo, se pregunta cómo es posible que entren tantas cantidades de mercancía de contrabando al Centro, sin que la Meval tome medidas. Por otro lado, Quijano explica que “las Convivir tienen formas de arreglar sus problemas, utilizan casas para desmembrar y torturar personas”.
Partiendo de la recurrencia de estos hechos en el Centro de la ciudad y la poca intervención que, según Corpades, hace la Meval, la organización denuncia alianzas entre las Convivir y algunos integrantes de la Policía, quienes le dan vía libre a estas estructuras criminales para que desempeñen sus actividades con libertad. “La pregunta es, al servicio de quién o de quiénes está la inteligencia de la Policía y su trabajo de seguridad”, dice Quijano.
En el informe publicado se establece que algunos miembros de la Policía reciben dinero a cambio de posibilitar las actividades delictivas en el sector.
“Buena parte de la seguridad de la Comuna 10 se le entregó a las Convivir. Si hay cámaras, patrullas, policías, inteligencia, ¿por qué esta investigación que hizo Corpades, que no tiene los recursos de la Meval, logró llegar al meollo del asunto? Eso quiere decir que hay un sector de la Policía que está trabajando con las Convivir y asumimos la responsabilidad de todo lo que estamos diciendo”, expresa Quijano.
Sin embargo, aclara que no están diciendo que todo el conjunto de la Policía esté incurriendo en estos comportamientos sino una parte de ella. Por eso, expresa que hay una urgente necesidad de que se tomen medidas y se “dé un revolcón, de modo que se logre separar a los policías buenos de los contaminados, quienes por acción u omisión están permitiendo que todo esto pase en la ciudad”.
“Un llamado al Gobierno Nacional”
Según Quijano, son varias las veces que han hablado con el general José Ángel Mendoza Guzmán frente a esta situación, pero él siempre se muestra indiferente. También agrega que uno de los objetivos principales de la publicación del informe es que las autoridades competentes inicien las respectivas denuncias y que el Gobierno Nacional intervenga para solucionar esta problemática. “Somos una organización de Derechos Humanos que denuncia públicamente y esperamos que la Policía responda también a la ciudadanía si lo que estamos diciendo es cierto, porque la sociedad necesita que le digan lo que está pasando en la Comuna 10”.
Asimismo, Quijano expresa que llevan mucho tiempo informando a Mendoza de las amenazas que hay en contra de los integrantes de Corpades. “Cómo es posible que llevemos dos años pidiéndole al general que desmantele las Convivir que patrullan día y noche por las mismas calles donde están ubicadas nuestras oficinas y todavía no lo haya hecho”.
Quijano también denuncia amenazas recientes, “dejamos claro que si asesinan o desaparecen a algún miembro de Corpades, la responsabilidad directa la tiene el general José Ángel Mendoza, porque está permitiendo todo lo que hacen las Convivir”, dice. Asimismo, “vamos a romper oficialmente relaciones con la Meval, vamos a demostrar que no son garantes de la seguridad y la protección de Corpades y que no gozan de nuestra confianza”, agrega.
Por su lado, Luis Fernando Suárez, vicealcalde de Gobernabilidad de Medellín, considera que si “las organizaciones de Derechos Humanos tienen denuncias sobre cualquier situación irregular, en este caso de la Policía, deben recurrir a la Fiscalía y no a ruedas de prensa ni comunicados”.
Quijano explica que su corporación siempre ha presentado las denuncias de manera pública y que en muchas ocasiones “se han convertido en noticia criminal. Por eso contamos qué se dijo, quién lo dijo y dónde lo dijo. Además, en muchas de las investigaciones que la Fiscalía ha llevado a cabo en Medellín, nos han llamado como testigos”.
Sin embargo, Suárez reitera que si tienen elementos suficientes para interponer las denuncias, lo deben hacer, porque esa es la ruta para poner a funcionar el sistema judicial. “Nosotros respaldamos y apoyamos 100 % a la institucionalidad, en este caso representada por la Policía Metropolitana, pero si la corporación tiene argumentos o elementos de juicio suficientes para interponer la denuncia, creemos que lo deben hacer”.
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Los efectos del...
En el informe, también se explica cómo las “Convivir están divididas en dos bandos, cada uno de ellos bajo el amparo de dos estructuras: La Oficina del Valle de Aburrá y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, conocidas como Urabeños. Organizaciones criminales que actualmente están bajo una tregua de no agresión en la ciudad pero que, de forma casi clandestina y sin asumir responsabilidades de frente, se están exterminando en el Centro de la misma. En otras palabras, en Medellín se inició una guerra fría dentro del Pacto del fusil”.
Y es que Quijano dice que este pacto, que ya va a cumplir un año, ha beneficiado económicamente a quienes lo firmaron, pero ha generado el sometimiento de muchas bandas que hoy sienten que no están recibiendo los recursos y están multiplicando acciones como robos, fleteos y vacunas. “Por eso se ha sentido tan alto el índice de criminalidad y este pacto puede traer fuertes fracturas en la medida en que muchas bandas no quieren entregar los territorios ni la jefatura a los Urabeños”.
FUENTE:
http://www.elmundo.com/portal/noticias/seguridad/corpades_denuncia_guerra_silenciosa_en_el_centro.php#.U7g4pfl5Npu
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